Poca gente a mi alrededor se conforma con lo que tiene. O con lo que la vida le está proporcionando. Y es que, es de naturaleza humana ser inconformistas. Quizá se trate de una manera de supervivencia. Quizá hay una base científica sobre este tema y lo desconozco. Lo que sí sé es que ese no estar del todo a gusto con el día a día o con la rutina impuesta genera cambios en nuestra persona si nos lo proponemos.
El pararse a pensar y reflexionar sobre qué camino está tomando nuestra vida siempre nos proporciona datos reveladores. Aunque hay que ser valiente para realizar esta práctica, porque igual el resultado de esas reflexiones haga que tu vida cambie. Y en cierto modo, en eso consiste. Normalmente, serán cambios pequeños, que con poco esfuerzo o, incluso, sin él, harán que nos encontremos mejor. A veces, tomaremos decisiones que le darán un nuevo rumbo a nuestro día a día. Y en alguna que otra ocasión, nos pondremos el mundo por montera y daremos un giro de 180 grados a nuestra vida.
Cualquiera que sea el cambio que realices será para bien. Lo primero, porque habrá sido una decisión tuya; lo segundo, porque dará lugar a nuevas formas de llevar y afrontar tu vida.
No me refiero cuando hablo de esto a aspectos extremos o que causen daños colaterales a terceros, si no a cambios en tu interior. En tus ambiciones, tus metas, tus ganas de poder realizarte, sentirte plena. Encontrar aquello que realmente te haga feliz y que aporte ilusión a cada nueva mañana.
A veces, estos giros de mentalidad llegan, no solo tras una reflexión, si no por un agente externo y/o perturbador que nos hace ver la realidad de otra manera. Un zasca de la vida que hace click en tu cabeza y te lleva a valorar más el presente, lo que te rodea. A ti misma. Y de ahí, a tomar diferentes decisiones.
Sé de buena tinta de lo que hablo. La adversidad me ha llevado a sentarme delante del ordenador y dar vida a un personaje que tenía abandonado por no ser capaz de empatizar con su historia; a publicar mi segunda novela, de una manera más formal, y ver mi obra en las librerías; a realizar una presentación para un público conocido y no tanto, y disfrutar de la experiencia (soy bastante vergonzosa, ¿o ya no tanto?) y a buscar mis momentos, lanzándome a la piscina hacia lo que me hace feliz.
Así que aquí me encuentro, redactando la primera entrada de mi propia página web. Exponiéndome al máximo a través de mis novelas y mis reflexiones. Dejándome llevar. Disfrutando de mis decisiones y compartiéndolas con tod@s vosotr@s.
Con cariño,
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